Por: Jervin David González
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Es difícil de olvidar aquella noche trágica en el estadio Mateo Flores de Guatemala, donde los gritos, el dolor y la muerte tomaron la cancha. Jugadores de Costa Rica y Guatemala ayudaron a los Bomberos para auxiliar a los aficionados que sofocados gritaban porque abrieran las puertas del estadio. El problema se dio porque se vendieron más entradas de la capacidad total del lugar.
La selección de fútbol de Costa Rica que enfrentaría a Guatemala en un partido de eliminatorias para Francia 98 llegó tarde al Estadio Mateo Flores, los jugadores costarricenses se asombraron al ver la cantidad de gente que había sin entrar al estadio y con boleto en mano, según tenían ellos entendido, el estadio estaba lleno, pero aún habían aficionados haciendo filas con boleto en mano para poder ingresar.
"Cuando salimos a calentar inició la tragedia y comencé a ver lo que estaba pasando. La gente pegaba en la malla, se empujaban y fue cuando abrieron los portones. Fue algo muy feo, que ojalá nunca vuelva a pasar". Luis Marín "Seleccionado de Costa Rica".
Lo marca a uno en muchas cosas, se comprende que uno no es nada. Todos iban al estadio a divertirse y no a buscar la muerte?. Soto. "Seleccionado de Costa Rica".
83 personas murieron y más de 200 resultaron heridas, en esa trágica noche, a consecuencia de golpes severos y asfixia, generados por la aglomeración de gente dentro de una localidad del estadio, aproximadamente habían 46.000 aficionados dentro del estadio cuando la capacidad máxima era de 38,000, la venta de boletos falsos hizo que la gente se amotinara por tratar de entrar a ver el espectáculo, las puertas de emergencia del estadio se abrían hacia adentro, lo que terminó de hacer en aquella noche una de las más tristes en la historia del país.
Desde ese momento tanto chapines como ticos quedaron marcados, el fútbol deporte de tanto amor y alegrías en estos dos países había sido protagonista de la muerte de más de 80 personas entre las cuales habían muchos niños, y mujeres. Se hizo un llamado por parte de las altas autoridades a las principales autoridades del fútbol en Guatemala, para que se llevara a cabo una investigación a fondo para dar con los responsables de la falsificación de más de 8000 boletos para aquel juego. Se modificaron las instalaciones del Estadio Mateo Flores, se llevó a partir de ese momento un estricto control para la compra y venta de boletos, además de controlar el ingreso de los aficionados al estadio.
Casi han pasado 17 años desde aquella fatal tragedia, sin embargo los recuerdos del 16 de octubre de 1996 siempre quedarán pasmados en la mente de toda la población Guatemalteca.
16 octubre de 1996: 83 muertos y 180 heridos en Guatemala. En la mayor tragedia en un estadio en América Latina, mueren 80 personas y otras 150 resultan heridas en la avalancha humana que se produjo en el estadio "Mateo Flores" de Guatemala, antes del comienzo del encuentro entre la selección local y la costarricense. El aforo se había superado por la venta de entradas falsas.
Muchos factores se confabularon para que sucediera la tragedia. El Ministerio Público (MP) determinó más tarde que había al menos 7 mil boletos falsos y que algunos porteros les decían a los asistentes que los niños entraban gratis y que vendieran sus billetes. El presidente Álvaro Arzú formó una Comisión para que investigara el caso, y se determinó, entre otras cosas, que el aforo que habían contemplado era inadecuado. El ingeniero que estuvo a cargo de construir el estadio, Juan de Dios Aguilar, aseguró que no había sido diseñado para más de 34 mil personas y el Colegio de Ingenieros –al que el MP pidió un estudio– determinó que se vendieron 13 mil 120 boletos de más legalmente, aparte de los falsos. Es decir, al menos había 20 mil personas más allá de la capacidad del estadio.
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1996: Tragedia en el Estadio Mateo Flores
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